Hoy saliendo un poquito mas tarde, hemos aprovechado la línea Sagano que tenemos al lado del hotel para subir al noroeste de Kyoto y empezar la ruta del día.
Hemos bajado en la estación de Hanazono, lugar que hemos aprovechado para desayunar en la plaza que había justo al salir, puesto que había un supermercado con papeleras al lado (tened en cuenta que en Japón no hay papeleras por las calles y depende de donde vayas, puede que tengas que cargar tus desechos todo el día encima).

Seguidamente perdiéndonos por las calles estrechas de la ciudad hemos visto diversos templos: Hokongo-in, Myoshinji, Ninnaji, Ryoanji…











…hasta que hemos llegado al Kinkakuji: el pabellón dorado. Tan bonito como la otra vez que vine y con la ventaja de que no hacia viento y se apreciaba su reflejo en el agua.


Una vez visto, nos hemos tomado un delicioso Häagen-Dazs y hemos seguido visitando la zona.
Ya al mediodía hemos entrado a un pequeño restaurante tradicional donde su simpático dueño nos ha preparado una comida deliciosa. Como curiosidad, se ve que su hijo estudiaba español, así que nos hemos despedido enseñándole algunas palabras para que saludase luego a su hijo 😉

Paseando hemos visitado un parque y luego hemos llegado hasta el río el cual hemos seguido hasta el barrio de Gion con la esperanza de ver alguna Geisha.


Lamentablemente ha empezado a llover y la única que hemos visto iba corriendo 🙁

Al regresar, pudimos ver la Torre de Kyoto en plena noche.
