Nada mas levantarnos vimos que estaba diluviando. Visto que no era plan de quedarse por la zona, decidimos alejarnos un poco a ver si con suerte hacia mejor tiempo.
El primer destino fue Hiroshima. Llegamos rápidamente en Shinkansen y paseando vi una gran variedad de tranvías que me alegraron la vista.



Lo primero que visitamos fue el famoso edificio que resistió la bomba atómica.

Luego nos acercamos al castillo, que fue reconstruido y por dentro tiene un museo.


Comimos en la estación y en un precioso Shinkansen Hikari Rail Star subimos hasta Himeji, donde visitamos el castillo. Lamentablemente llegamos algo tarde y ya habían cerrado las puertas, así que nos quedamos con las ganas de verlo por dentro.



Paseamos un poco por la ciudad y entramos en un restaurante muy chulo con unas camareras muy simpáticas a cenar. La verdad es que escogiendo la comida no estuvimos muy lucidos, pero pedimos otro plato señalando lo que estaban comiendo la gente de nuestro lado, un Okonomiyaki delicioso que bañamos con una salsa dulce (o «sweeto» como nos dijeron en Japinglish).
Con los estómagos llenos, subimos hasta Shin-Osaka en otro Hikari Rail Star donde cambiamos a un Kodama que nos devolvió a Kyoto.